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miércoles, 16 de septiembre de 2009

Los Beatles en OGARRIO...?


¿Los Beatles en... OGARRIO ?

Es viernes 11 de septiembre, fín de semana, no ha dejado de llover por las tardes y parte de las noches, la ciudad empieza a resentir como cada año los estragos y molestias que causa el agua en algunas zonas de la ciudad. Mi destino esta vez, es un antro del cual me han comentado muy buenas referencias...y allí vamos.

El centro histórico luce semivacío después del aguacero, algunas calles aún siguen anegadas. “El verde” sortea con dificultad los charcos y algunos baches ocultos por los riachuelos que se forman en las calles adoquinadas… consigo llegar a la calle de Universidad, casi frente al majestuoso templo de San Agustín, que a estas horas luce su iluminación externa y le da ese toque maravilloso y de misticismo que lo caracteriza.

Estaciono mi fiel compañero de aventuras en un hueco entre dos carros, y aunque parezca extraño, por ser casi las 10:30 de la noche, los infaltables "franeleros" y cuida coches aparecen como salidos de la nada. Me niego a sus chantajes y no por mala leche…sí no porque creo que estos existirán mientras la gente siga pagando por estacionarse en la vía…antes pública, ahora casi privatizada, y el colmo tomada como bastión de trabajo por tantos y tantos desempleados.

Hasta mis oídos resuenan la notas y compases de las canciones del cuarteto de Liverpool, mis pasos se encaminan al lugar de donde se escucha la música de los Beatles.

El Lugar se llama OGARRIO, ubicado sobre la calle de Morelos, en el # 480 para ser exactos, en el mero corazón del centro histórico. Y la verdad que es un sitio ¡muy agradable…! Sí no es que el mejor en cuadras a la redonda: Y no es para menos, el concepto y la decoración del lugar, así como la ambientación de vestuario del personal, nos recuerdan a medida que nos adentramos en el sitio, al mágico y misterioso y hoy más vivo que nunca, Real de Catorce, lugar de leyenda y aventura.

“La 5ª. Pregunta…” (¿Cuál será esa?) Es el nombre del grupo que ameniza en el OGARRIO, su propuesta responde a la empatía de los integrantes del grupo con la música de los Beatles, y al escucharlos, nos damos cuenta que no lo hacen nada mal. Y si esto fuera poco, el grupo ofrece dentro del repertorio una selección de lo mejor de la música Beatle, para todos aquellos fans del legendario cuarteto de Liverpool.

Y ya para exigentes y caprichitos, el grupo se la juega interpretando algunas canciones de los Creedence Clear Water Revival…para los que no saben el nombre completo…”Los Creedens” a secas. Así mismo incluyen rolas de Elvis y una tandita de buen Blues…como cereza en el pastel.

Ya instalados en el lugar, el ambiente se vuelve más cordial y el servicio del personal es de primera. Lástima que alguna gente aún no sepa apreciar esto, y es que si bien el lugar parece imponer por su sobriedad, elegancia y buen gusto…los precios son en verdad muy accesibles, nada por encima de lo que se cobra en otros antrillos adyacentes y de menos categoría.

El ambiente huele a buenos tragos, presentados en tu mesa o servidos desde la barra…¡Pero eso sí! Todas las bebidas son originales y autenticas, nada de trucos o de bebidas chafas, y eso siempre se agradece en un bar. Hace rato que un buen amigo me ha saludado desde otra mesa y me hacen llegar una exquisita cerveza, fría, en su punto como diría el comercial.

La iluminación aquí es otro acierto y permite observar el entorno, sobre todo en el lobby y tapanco donde se asienta el grupo. Por supuesto existen los rinconcitos más discretos para aquellas parejas o grupos de amigos que desean pasar inadvertidos… ya saben esas cosas del corazón…jejeje.

La música Beatle sigue todavía un buen rato, algunos nostálgicos y otros más jóvenes se paran a bailar al ritmo del “bule bule” en ingles… y “Las mellizas”, o sea la canción de “I saw her standing there” y es que de verdad el ritmo invita a mover los pies y sacudir el cuerpo.

El grupo cierra con una dosis del rock campirano de los “Creedence” y la infaltable “Gloria” de los Doors, y nos vamos a la pausa para refrescar la garganta y descansar mientras apuramos un par de tragos más.

Son las 12:30 de la mañana o de la noche, empieza un día y termina otro. Aquí el ambiente ya está mucho mejor, hay una chica en la mesa de enfrente que tengo la impresión de haberla visto antes. Ella también parece reconocerme…pero creo que ambos somos tímidos y no nos atrevemos a indagar más de la cuenta… ¡Bueno por ahora!

La banda reinicia con otra dosis de rock sesentero, algo de blues y la noche parece hacernos cómplices y amigos a todos. Algo tiene la música Beatle, que todos parecen corear las canciones…gente de más de 30 y 40 años…algunos jóvenes y chicas veinteañeras, por supuesto, "Clau" la anfitriona del local, amigos todos, hermanados en el “All you need is love”.

Calculo mis por ahora... exiguos bolsillos y sé que puedo invitarle un trago a esta chica… Ella acepta y con un dejo de coquetería corresponde con un ligero saludo. La noche ahora promete una emoción distinta. Los acordes de “Let it be” se escuchan como música "ad hoc" para este encuentro.

Una serie de fotografías del altiplano potosino me llevan a recordar gratos instantes y momentos bellos allá en el mágico desierto de Estación Catorce. Chuy Gaeta es el autor de la serie fotográfica... en verdad espectacular. ¡No cabe duda el arte en cualquiera de sus manifestaciones nos hace participes y cómplices de la belleza!

Apuro un trago de mi bebida y con este ánimo, me dispongo a saludar a la misteriosa chica de enfrente, un guiño de complicidad del bajista del grupo me da la pauta… ya saben uno como músico actuando en un antro se da cuenta de muchas cosas.

Ella se llama… uhmm, después les digo. Por ahora solo comento que nos conocimos hace tiempo en una fiesta entre snobs e intelectuales… me invita a compartir con ella y sus compañeras de mesa. Es una pena que no haya venido alguno de mis camaradas, porque las dos chicas que le acompañaban sí que están guapísimas…aparte de buenas… lectoras, quise decir. Porque una, la güera, me cuenta que ha leído mi libro de San Pedro…y le ha gustado la obra de teatro que escribí y la otra chica dice que me vio actuar en un cortometraje ya hace tiempo.

Los últimos acordes de “Have you ever seen the rain” acompañan esta conversación, mientras que el reloj indica que la barra a punto esta de cerrar. Apuro un par de tragos más y con la promesa de vernos la semana siguiente en el Ogarrio… Me despido de estas tres mujeres que se emocionan con ir al desierto y escuchar el sonido del silencio, el aullido del coyote y percibir en todo su esplendor las noches estrelladas y su cúmulo sensaciones en medio de la nada.

Ogarrio, Restaurant &Bar… Ahora el mejor un lugar en el centro histórico para tomar la copa en compañía de los amigos ó de la pareja… Ah y casí lo olvido, "Clau" anfitriona del lugar, me comenta que todos los días de 6 a 8 PM, todas las bebidas nacionales estan al dos por uno y por supuesto otro de los atractivos es que no hay "cover" . Sin lugar a dudas es el Ogarrio, un lugar que inspira al reencuentro.

Son casi las tres de la madrugada, “El verde” espera como fiel cabalgadura que me ha de llevar en “El largo y sinuoso camino a casa” Los Beatles suenan en mi cabeza como antaño. Las luces del auto se extienden lagañosas por la humedad y la lluvía que vuelve a caer.


Markosblues

Septiembre 2009.











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