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martes, 21 de febrero de 2017

Causas, pretensiones y alcances del "Escribir"

Saludos a todos los seguidores y ex seguidores de este blog, que para fortuna aun conservo, debo añadir que a pesar de haber estado ausente de este espacio por un largo periodo, aun seguimos en este mundo virtual y en este plano físico....esperemos que por mucho tiempo más.


En fin,  desde el año pasado he sido convocado a participar en algunas mesas de análisis y reflexión en torno al desarrollo, la gestión cultural y el arte, desde el punto de vista de la Filosofía:

He tenido el privilegio de compartir diferentes puntos de vista con destacados alumnos y profesionales en la materia, impartida y coordinada por los Maestros Alex V. Jaimes y Luis Rodolfo Monreal Acosta, dentro de las actividades relacionadas con la Licenciatura en Filosofía,  que se imparte en la UCEM, una Universidad Privada en la Capital de San Luis Potosí.

En este contexto,  me permito compartir y dejar a su consideración una serie de textos por escrito que plantean mi particular punto de vista, esperando por supuesto y de antemano sus comentarios o críticas al respecto... sin más entremos en materia:

Causas, pretensiones y alcances "del escribir"


El ejercicio de la  palabra escrita,  presupone desde  mi punto de vista una contradicción constante de quien ejerce el oficio de escritor.
Requiere por supuesto de muchas causas y de ninguna; Si bien es cierto que atendemos el hecho de escribir y muchas de las veces nos asumimos como escritores incipientes o con el transcurrir del tiempo en reconocidos y connotados, rara vez dilucidamos en los porqués y las causas que origina estos estados sin razón que atañen invariablemente el espíritu libre, creativo y libertario  del ser humano.
Debo suponer que cada cual atenderá sus propias capacidades o limitaciones a la hora de ejercer la intervención del océano blanco de la hoja de papel…las maneras y las formas de igual modo corresponden a las circunstancias particulares de cada cual.
Mas sin embargo percibo a través de estos años, de práctica y ensayo en  el ejercicio de la palabra escrita, que no siempre el resultado determina el producto. Y es de este modo que cada escritor va delimitando y formando su propia realidad y la expresión compartida de su visión personal del mundo.
¿Pero entonces porque escribimos?

Tal vez porque solo de esta forma entendemos mejor nuestro propio entorno… o porque tal vez desde el interior de nuestra mente/imaginación  argumentamos y pretendemos fundamentar una tesis de vida  transformándola en realidad… triste realidad  que por suerte o circunstancia se puede tornar conspicua y reveladora:
Escribir entonces torna la  necesidad intrínseca  e inherente de nuestra particular concepción de este mundo que discurrimos y transitamos  en un viaje maravilloso o trágico… Y entonces el lenguaje escrito deriva en un viaje imaginario convertido en letras, frases en conjunción que dan forma a una narrativa, una poética personal y particular o una dramaturgia, una crónica , reportaje o ensayo, que permita dilucidar y compartir con los posibles receptores del suceso hecho palabra.
De forma simple y hasta peyorativa pudiera añadir que escribimos para comunicar, lo que en el habla no nos es suficiente, no todos somos oradores aclamados o afamados… y el escribir por supuesto permite explayar sobre un tema en particular.

Los estados de ánimo, las distintas percepciones de la realidad y sus consecuencias son otra fuente inacabada e inagotable de los causales al escribir… y al hacerlo, no solo manifestamos una identidad o forma de pensar, sino también mostramos que estamos hechos, es decir, cual es el motor que impulsa el acto consiente de escribir.
Y llegado a este punto me permito citar a Nietzsche: “De todo lo que está escrito, solo me gusta lo que se escribe con la propia sangre. Escribe con sangre y aprenderás que la sangre es espíritu” 
“El gran estilo nace cuando lo bello, vence a lo enorme”
Anton Chejov decía: “Un consejo, trata de ser original y en lo posible inteligente; pero no temas parecer estúpido, la libertad de pensar es necesaria, pero solo el que no teme escribir tonterías es libre… No seas relamido, no pulas, se torpe y audaz. La concisión es hermana del talento”

Sobre las Pretensiones:


Entiendo que cada autor es un mundo…cada mundo soñado o imaginado puede ser posible;  Bajo esta premisa, la "pretensión"  es un acto reflejo y condicionado por el medio en que se desarrolle la palabra escrita.
Buscamos la verdad donde solo oscila la realidad… a veces tan subjetiva y a veces tan difícil de asimilar dada las limitaciones en ambos casos.
Realidad entonces,  se trastoca en un simple anhelo de trascendencia literaria, dejar constancia y huella de un transitar en este mundo… alguien decía que "el autor escribe para la posteridad…" Pudiera ser cierto; pero yo en este momento,  ¡Solo escribo para el presente! El mundo irracional y violento que me toca vivir y asumir desde una posición incómoda, no solo por la particular forma de pensarlo y entenderlo,  sino por la simpleza objetiva de vivir el día a día con apenas lo necesario…
La pretensión del escritor, en mi caso particular es tratar de acceder a otros planos de lo no imaginado o lo no creado… Es decir, una Etéreo-utopía  aprendida en el camino. Desandar lo aprendido en horas nalga frente al ordenador o inclusive en algunos casos frente a un instructor, para no convertirme en un reflejo de lo ensayado o aprendido. 
La pretensión que promuevo sin que esto sea una verdad o sentido absolutista, va encaminada a la re-invención de la palabra escrita por medio del lenguaje, en mi caso particular la dramaturgia y la narrativa.  Dejar de lado la tarea hegemónica de los talleres que repiten formulas ensayadas y repetitivas. Creo en la dislocación de elementos formales  y no formales y la subjetivación  de la palabra escrita como una herramienta de exploración de otras realidades, otras formas de vida que existen allá afuera y que no vemos a simple vista.
Y esto para mi significa la libertad….la liberación de formas y discursos hegemónicos, escribir no solo por placer sino por necesidad de transformar...  Y de manera arrogante diría,  re inventar otros mundos u otras realidades.

Los alcances:
El empoderamiento de una técnica o de un procedimiento al escribir,  es desde mi punto de vista,  un posicionamiento existencial:
Nos encontramos en el aquí y ahora compartiendo puntos de vista distintos, encontrados o re-inventados, y no sabemos mucho del alcance que esto pudiera tener más allá del circulo de los ahora aquí presentes….
En ese sentido los alcances no me son motivo de preocupación, sino más bien de interacción en el momento en que apruebo y me repruebo al compartir este insano temor inherente a no ser claro en lo necesario de este posicionamiento o propuesta.
Aun con todo, siempre pienso que de una forma u otra el escribir es una catarsis liberadora,  que permite asegurar cuando  bien te va, un lugar en el imaginario colectivo. 

Antonio Trejo

Dramaturgo y periodista cultural independiente.

San Luis Potosí .SL.P. a 21 de Febrero de 2017.