A propósito del arte y sus propósitos u objetivos en la sociedad actual... O bien la paráfrasis de saber por dónde masca la iguana.
San Luis Potosí, S.L.P México a 16 de Febrero de 2015
A razón de algunos epítetos
y manifestaciones de diarrea “verborreica” que he notado o leído en alusión a
la postura en torno al arte y su función
social, pienso que no se construye solo
en la crítica, sino en la propuesta... la sensibilidad es una cualidad
inherente a la condición humana, el mal uso o goce que hagan las estructuras
del poder o las hegemonías no es culpa del arte o sus circunstancias. Quienes
aprendimos hacer del arte una militancia, entendemos que no es fácil derrocar o
trastocar las viejas estructuras de pensamiento hedonista de los creadores o el
público consumidor en masa del marketing artístico, es también una industria y
todo un laberinto que a veces hay que recorrer para encontrar una salida digna
al "sentir" o expresar emotiva y motivacionalmente...
Entiendo que hay grupos e individuos que solo buscan el
lucimiento personal o la aceptación y su reducido mundo se circunscribe a eso
simplemente... de eso maman, defecan y hedonísticamente se vanaglorian en las
apuestas del pensamiento egocéntrico... de la
(post-modernidad dirían otros). Rebaños y pastores siempre han existido...
incluso a riesgo de estar equivocado en las corrientes filosóficas... a veces
basta una sola idea "revolucionaria" para que algunos nihilistas, cientos de hedonistas, y algunos
cientos de miles creadores artísticos prefieran la suave comodidad del estado, que les genera sus delimitadas zonas de
confort mientras estén a su favor…
La naturaleza humana
muchas veces impredecible, sostiene una amplia posibilidad de acomodo a quienes
al igual que otros cientos de miles, deciden hacer del trabajo su forma de vida…
el artista o creador, al igual que miles
de trabajadores asalariados, también se enquista en la super-estructura
megalomaniaca capitalista y neoliberal sin muchas posibilidades de zafarse a
riesgo de perder las medianas, magnificas o precarias condiciones en que
subsisten algunos… Ahí el arte pierde sentido liberador y se trastoca en simple
producto de consumo y de subsistencia.
Pero… ¿ A dónde ocurre el artista que busca bienestar,
estabilidad y seguridad económica?¿A dónde ocurre el artista que al paso del
tiempo se convierte en padre o sostén de una familia? Sino es en primer lugar, a las Instancias gubernamentales
que ofrecen como graciosa concesión las migajas de los presupuestos destinados
a alimentar el obeso aparato burocrático y cultural.
Es un juego perverso donde las apariencias no
son exactamente apariencias, sino realidades que muerden y desgarran la
realidad de los pinceles, y los lienzos, ensombrecen la hoja en blanco… derriban las escenografías
o las cambian por pasarelas de modas… se
trastocan las sublimes notas en ritmos comerciales… vendibles,
consumibles, todo sea por estar en los “In” del cannon académico, la aceptación de los patrones
en la curaduría mercantilista.
A pesar de todo… Aún existen reductos invaluables e
inalienables, pero son los menos… los
que no compiten para agenciarse tal o cual proyecto… quienes disfrutan el
proceso no solo el resultado, quienes cuestionan aportando alternativas no
mediadoras, porque en el arte no hay términos
medios… allí en este desolado desierto,
lejos de las pasarelas de las vanidades
germinan las semillas del militante artístico, el loco soñador que sabe que tiene el tiempo
medido, pero no contado y le vale madres…
Es en este entorno mítico, anacrónico y sin la razón dictatorial de la propia conciencia…
donde instalan su tálamo para regocijarse
en el sueño los que se atreven a perseguirlo pese a todo.
Ambos estados artísticos subsisten… se nutren de las críticas
feroces y devastadoras a sus “egos” a su forma anodina de vida o desasociada de
la realidad. Algunas o muchas de las veces confluyen en los eventos para
mirarse de reojo o directamente pensando
en lo diametralmente opuesto de sus racionalidades, sin embargo no dejan de
extrañarse incluso de añorarse en el lugar del otro.
Es en ese entonces… que ese extraño reflejo de lo fue o pudo
haber sido cobra un sentido y el regreso a sus refugios cómodos o inciertos
adquiere un temporalidad efímera.
Y… ¿Entonces, tiene un sentido el arte como eje
potencializado en la lucha de clase?
Me
parece que no, en tanto no sea el propio creador o artista quien re-descubra en
su realidad social, la miseria asesina, y la complicidad supina de quienes
detentan las tomas de decisión en materia de política y desarrollo cultural. No
serán los artistas quienes puedan salvar el mundo, pero si pueden ser unos
cuantos con un poco de conciencia de clase, no mediada por los intereses del “Estado”
quienes debieran impulsar un cambio transformador en la sociedad, esa de la
cual se nutren ambas posturas radicales… tanto los “privilegiados” como los sin
techo ni paraíso subvencionado por las dependencias gubernamentales.
Intelectuales Orgánicos |
Llegará el día en que ambos entenderán que la lucha no es
entre iguales aunque dispares en
circunstancia… la lucha por el control y empoderamiento de los medios de producción
artística y creativa debiera ser una sola; y no la de ciertos “grupus-CULOS” hedonistas, productores y auto-consumidores
de sus propios "détritus" artísticos… reducidos círculos de influencia carroñera que
se pelean entre sí por mantener hegemonías centralistas, amparadas en
argumentaciones académicas y disertaciones elocuentes disfrazadas de intelecto
y frases aprendidas del copy/paste e incluso en el mejor de los casos bajo las disimuladas
sospechas de los doctorados nacionales y extranjeros… oligarcas culturales que siempre estarán a
las órdenes de quien les ordena lamer
las botas.
Es tiempo de definiciones… ¿Usted amigo artista y creador…
de qué lado está?
Antonio Trejo
Dramaturgo y Periodista Cultural