Por Culpa de Homero Simpson:
Antonio Trejo
Narrativa Breve:
Habíamos salido temprano hacia la ciudad de Aguascalientes,
esta vez me acompañaban, mi hijo Marcos, mi madre y mi hermano con su esposa e hija pequeña. El
viaje en la camioneta había transcurrido sin novedad; Yo iba tener a una presentación
profesional de mi show musical, en el cual me acompañaba mi hijo con su enorme
habilidad como guitarrista.
El espectáculo en el cual nos presentamos, era un festival artìstico,
era uno más de los cuales nos habían
contratado a raíz de una afortunada propuesta lirico-musical en la cual, entre canción y canción, mi hijo Marcos y yo realizábamos
unas pequeñas interacciones donde narrábamos de forma lúdica y divertida, pequeñas
enseñanzas y experiencias de vida como padre e hijo y que resultaban del agrado del público
asistente.
Ya habíamos participado con regular éxito, dada la cantidad
enorme de aplausos que la gente nos brindó al final de nuestro show… Pero como
estaban programados varios artistas más; una parte de nuestro equipo de audio aún permanecía
en el escenario… Mi hijo y yo estábamos en un bonito camerino
equipado con pantalla y reíamos viendo una serie de los Simpson, en la cual Homero
en compañía Bart, disfrutaban
conviviendo juntos; Bart en una patineta
y Homero en un patín del diablo…
Yo le
comenté a mi hijo, que aguardase ahí en
el camerino, atrás del enorme escenario
en la Plaza Comercial donde se desarrollaban las presentaciones de artistas, mientras
el resto de mi familia estarían buscando un buen sitio para ir a comer… le pedí
a mi hijo estuviera atento para que en el intermedio entre un artista y otro, tuviéramos oportunidad de terminar de sacar el
resto de nuestro equipo… En esos momentos se presentaba un comediante que hacía
reír a todos los asistentes.
Esta crisis de salud por el Coronavirus, era aún incipiente,
y en algunos estados aún no se tomaban o extremaban precauciones o medidas de
contención… Bueno, eso es lo que sabíamos hasta el momento, o es lo que nos habían
hecho creer… Y pues nosotros los
artistas tenemos que aprovechar casi cualquier oportunidad para ganar algunos
pesos…y en esta ocasión la paga era muy buena… aunque en realidad, a veces los
riesgos superan las expectativas o beneficios.
Yo, como era costumbre, me retire un momento y busque la puerta trasera
de entrada de personal y artistas, con la intención de salir a fumar un
cigarrillo… Así lo hice y mientras escuchaba como la gente se divertía, puede
notar que un hombre joven, llego en un patín y trataba de encontrarla forma de colarse al
resto del espectáculo. El tipo me miro,
como pidiendo no lo fuera a delatar. En efecto es esos momentos no había ningún
personal de seguridad en la puerta trasera, al parecer se habían acomodado en
un lateral muy cerca del escenario y reían divertidos con los chistes del
comediante…
Yo pensé que no tendría nada de malo que el tipo se
escabullera y lograra colarse hasta la zona del público… Digo no todos tienen
la fortuna o el dinero para costearse un evento artístico…. La calle era poco
transitada y en ese momento yo pensaba en la necesidad de ir a comer algo
sabroso en compañía de mi familia… Vi un pequeño puesto de hamburguesas unos
metros adelante, cruzando la calle y discretamente me encamine al lugar, asegurándome
que la puerta por donde había salido quedará
entreabierta, para poder entrar nuevamente.
Debido al calor, había decidido vestir con un pantaloncillo
corto, de esos tipo “cargo” y utilizaba los bolsillos para llevar mi cartera, además en las otras bolsas de ese tipo de
pantaloncillos, una pequeña libreta, algunos cables cortos que utilizaba para
conectar los pedales de efectos de la guitarra
y una pequeña bolsa de celofán con un juego de plumillas para tocar
guitarra que mi hermano generosamente me había regalado…
Al pagar un refresco que pedí allí en el puesto, y tratar
de sacar mi cartera de la bolsa trasera
del pantaloncillo, noté que alli mismo estaba la bolsita de celofán con las
plumillas y al dar el tirón hacia arriba para sacar la cartera, la bolsa de
celofán salió junto y cedió al romperse
en ese momento, cayendo al suelo todas las plumillas… Un tanto apenado me
incline para tratar de juntarlas una a una y acomodarlas en otra bolsa lateral…
Y ahí estaba yo en la penosa tarea de
recogerlas; Quienes son musicos saben que estas pequeñas piezas de plástico son
delgadas y a veces es difícil recogerlas cuando están en el piso, sobre todo
cuando es muy brillante o liso….
Un hombre que estaba allí, tambien se inclinó
acomedido para tratar de ayudarme al ver como estaba batallando para juntarlas…
digo no eran más de unas 15 o 20, ya que mi hermano había conseguido unas
plantillas desprendibles y estas plumillas eran de diferentes formas y tamaños… Unas triangulares, unas más alargadas, otras como
pequeños rectángulos, otras ahuesadas: En eso estábamos, cuando preocupado
alcance a ver que por la puerta trasera del escenario en la plaza de espectáculos,
aparecieron los de seguridad, miraron
hacia todos lados y sin más sacaron el patín y cerraron la puerta.
Pensé para mis adentros que tendría que llamarle a mi hijo
para que avisará que estaba yo afuera y abrieran la puerta o en su defecto tendría que rodear toda la cuadra y entrar
por la puerta principal de acceso al público en general…
Llame un par de veces pero al parecer adentro no había señal
o alga pasaba porque no contestaba, presuroso
y un tanto abochornado me incorpore y levante cuantas plumillas pude y las
guarde en una bolsa del pantalón… presuroso
me encaminé a la puerta de acceso trasera y vi el patín donde había llegado el
joven que se había colado… lo tome para en el darle la vuelta a la enorme manzana que
conformaba el lugar donde estaba el centro comercial y de espectáculos que en verdad era muy grande, y pensé entregárselo al joven.. también noté que me tardaría unos 15 o 20 minutos
en rodear el complejo comercial…
Un hombre que vio mis apuros me recomendó que para no rodear
todo el complejo de enormes tiendas y aparadores… atravezara cruzando por el enorme hospital de la ciudad…que estaba justo
en medio de la manzana que ocupaba toda la plaza comercial… Así lo pensé y
resuelto montado ya en el patín me fui
pedaleando hacia la entrada trasera del hospital… cruce el enorme
estacionamiento bajo el sol que en esos momentos ya estaba en plenitud…el calor
era agobiante.
Asi llegue hasta la puerta de entrada al personal, y aun pedaleando mi patín “prestado”, accedí cruzando un enorme pasillo, luego di vuelta
por alguna sala que extrañamente estaba vacía…luego por otro corredor que me llevó hasta otra sala, luego un pasillo
más largo con cubículos de cristal a los costados…hasta que fui a dar un lugar que decía entrada de emergencias… Y
posteriormente logré llegar a otra enorme sala, esta vez con algunas personas
todas con cubre bocas…
Algo no está bien
pensé… pero por más que intentaba no lograba dar con la puerta de entrada
principal y salir… Resuelto me encaminé a solicitar informes a la que parecía encargada
en una pequeña isla detrás de un mostrador… la trabajadora social me miro un
tanto sorprendida al verme llegar en patín y sin cubre bocas… le comenté que estaba perdido
y pregunté por la salida.
Ella solo me miró extrañada… pero alcance a ver cómo había accionado el botón de pánico junto a
los teléfonos en el escritorio…y al tiempo dos enormes guardias de seguridad se
enfilaban presurosos hacía donde estábamos…un murmullo de algunas personas
alcancé a escuchar mientras todos se levantaban presurosos de sus asientos…
No quise quedarme
averiguar, supuse de inmediato que se referían a mí por los gestos de desaprobación…
monté en el patín y rápido pedaleando nuevamente me fui por un enorme pasillo
en declive: Aprovechando la inercia, tome vuelo y logre dejar atrás a los dos
hombres que ahora ya me perseguían, mientras sonaban las alarmas…llegue a una
puerta abatible y cruce hasta donde
empezaba un corredor con muchas pequeñas salas o consultorios a los costados,
el color azul cielo con vivos azul marino que tantas veces me ha gustado en las
decoraciones, ahora por alguna razón me parecía frio y aterrador…
La alarma seguía
sonando y yo no lograba encontrar la puerta de salida… bajé por las rampas creo que hasta la zona de máquinas…y
evidentemente que allí no habría ninguna puerta hacia la salida… Pero vi los
elevadores, llegue hasta sus puertas metálicas
cuyas luces parpadeaban de manera incesante… una de ellos se abrió… Entré y vi
los botones, ¡Había bajado más de 4 pisos!
Pensé que debería subir pero no estaba seguro
si debía pulsar “mezzanine” planta alta o primer piso… mientras ascendía,
pensaba que mi hijo y mi familia ya estarían buscándome y yo aquí sin saber por
dónde salir.
El elevador paró y las puertas corredizas se abrieron… observé
que estaba justo en el “mezzanine” y al
frente, había una enorme puerta de cristal que permitía alcanzar a ver hacia la
calle…
-¡Allí es la salida!- Respire aliviado por un momento…. pero mi alivio
termino al instante porque ya para entonces, un grupo de guardias estaban
apostados en la entrada, y tres hombre con mascarillas, guantes y trajes esterilizados
que les cubrían de pies a cabeza se dirigían presurosos hacia mi empuñando
armas de “shockes” eléctricos…
¿Por qué razón? ¿Cuál era el motivo de tanta hostilidad? Yo solo
era un hombre extraviado por una circunstancia fortuita… Mi instinto me dijo
que no debería esperar a ser atrapado… Algo no estaba acorde a la realidad…
monté en el patín rápidamente pedaleando para lograr escapar… logré avanzar
unos 30 metros y me enfilaba ya a una rampa cuando sentí un agudo dolor que
aguijoneaba una de mis piernas… aun así seguí pedaleando con la otra pierna por
la rampa de bajada, dejando atrás a los hombres que me perseguían, alcancé una
velocidad considerable, pero al llegar a la curva que da vuelta hacia el
segundo nivel… No puede detenerme y
choqué contra una puerta abatible, al fondo, justo ahí donde daba vuelta la
rampa…
El dolor punzante en la pierna
izquierda era impresionante pensé que me habían balaceado, pero no había
sangre… solo un pequeño dardo incrustado en el muslo, por encima del pantaloncillo
corto.
Mi celular cayó lejos y yo
trataba de incorpórame… pero el golpe me había dejado aturdido… en unos
momentos llegaron los hombres de seguridad enfundados en sus trajes aislantes y
me sujetaban fuertemente, yo trate de
explicarles que no estaba buscando crear problemas, solo quería encontrar la
salida y reunirme con mi familia allá en el foro artístico…
No entendieron
razones, uno de ellos con una jeringa pinchó mi brazo y me inyecto una dosis de
calmante o somnífero, al tiempo que
llegaban otros camilleros igualmente infundados en trajes aislantes…
Pensaba yo como demostrarles que solo era un músico que se había
extraviado, pero ya me llevaban fuertemente sujeto a la camilla mientras mi
cuerpo se desconectaba de la conciencia hasta caer en un sopor que solo me
permitía escuchar la respiración agitada de mis captores… y algo que me heló la
sangre antes de caer en la inconciencia total…
-Este hombre debe tener el virus- dijo uno de los doctores, -Pónganlo
en aislamiento total a resguardo-
-Pero no sabemos quién es- escuché decir a una enfermera.
-Si tiene familia ya se encargaran de buscarlo, por lo pronto
déjenlo sedado hasta que se calme y ver si puede hablar- Contestó el que parecía
ser el doctor en jefe.
-Ha de estar loco….mire que andar en un patín corriendo por
todo el hospital- dijo uno de los guardias
-No lo sabemos- Se apresuró a decir otro de los guardias,
pero ha puesto en riesgo a todos los que trabajamos aquí…¡Mire que andar sin
careta o sin cubre bocas!
-Aislado y en cuarentena total, ya no será motivo de
contagio, si es que sobrevive, estos dementes o personas inconscientes son los que más riesgo de contagio promueven
entre las personas- Comentó en tono enérgico el doctor en jefe.
-¿Entonces lo llevamos a la sala de desahuciados?- Preguntó
la enfermera.
-Si- dijo el jefe de doctores, -Y manténgalo sujeto así
mientras analizamos sus reacciones-
¿Pero si no está enfermo terminará por contagiarse como los
demás? Apuntó otro doctor que en esos momentos llegaba.
-¿González, va usted a contradecir mis indicaciones?- dijo el
doctor en jefe; Hubo una pausa de
silencio que me pareció una eternidad…
-No doctor, será como usted ordene- contesto el doctor González
.
Yo sabía para entonces que mi destino estaba sellado y ya no
podría despedirme de mi familia en caso de que me localizaran…
Antonio Trejo; San Luis Potosí, MÉXICO.
Es dramaturgo y director teatral, tambien ha incursionado en la narrativa, sobre todo en el estilo de la narrativa fantastica o de ficción: Algunos de sus cuentos y relatos han sido seleccionados y publicados en revistas de circulación local y tanbien antologado en la 1a Antología Internacional de Narrativa breve Hispanoamericana.
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