¿Dónde quedó lo que hicimos mal…dónde el tiempo, las verdades?
Domingo 2 de julio
La noche casi termina… recorro
los últimos kilómetros camino a casa por la Salvador Nava Martínez, todo en
calma, tal parece que mi auto y yo somos los únicos viajeros en ese espacio
de tiempo, el justo que atrapa a la soledad y se diluye como el humo de mi
cigarrillo escapando por la ventana: El retrovisor me indica un sendero de
luces que se alejan en la distancia... pienso en lo acontecido en las horas
previas, cuando aún el optimismo y la anhelante esperanza de cambio aun vivía
en mi… en ti… en cientos, miles, millones de mexicanos; ¡Nada hay más de eso!
¿Cómo habré de afrontar el día
que ya se inicia en esta húmeda madrugada?
¿Cómo deberé intentar reinventarme para no ser parte de la estadística
fría… un número más en la encuesta que privilegía el desencanto en los
adversarios? ¿Cómo asumir que el
interés, la necesidad o la ignorancia de cientos de miles de con-ciudadanos,
vecinos y hasta familiares, han vencido a la justicia y la razón?
“Los medios” de siempre y el
presidente saliente de este país,
anunciaron hace unas horas y sin
la certeza de un porcentaje mayoritario en los resultados del voto en las
casillas y distritos electorales, al
vencedor de esta contienda política… El candidato elegido desde las esferas del
poder, y los acuerdos en “Atraco-mulco”; Él, sonríe nervioso, ¡La lectura de un
texto, redactado por alguien más no se
le da…menos la improvisación!
Su breve discurso de frases
huecas y acartonadas, que nos remiten al pasado, permiten dilucidar una
retórica amañada, fiel a los cánones que
el sistema necesita escuchar para convalidar la imposición y el regreso al
poder, del viejo régimen autoritario, que para desgracia de toda una nación, la
“Telecrasia” ha impuesto de manera contundente.
No hay espacio para el error,
este resultado electoral se gestó durante más de 12 años, en que el viejo PRI y
sus aliados en las oligarquías económicas y de medios de comunicación
estuvieron fraguando…a fuego lento para que diera el mejor resultado.
Testimoniales y pruebas abundan en las redes sociales, que por ahora han jugado
un papel importante, más no el que todos quisieran y quienes pensábamos que por pretender estar
mejor informados…olvidamos la parte de la “praxis”, esa que te lleva a
concientizar de viva voz en casas, colonias y barrios a la masa silente…
Muchos olvidamos las consignas y las cambiamos
por cientos de miles de "likes" y de post’s en los muros de facbook , cientos de miles de
tweets en la red. Pensamos que la acción de “compartir” era más que suficiente
para crear conciencia… algunos debatimos ampliamente desde la comodidad de
nuestra lap… algunos mas dejamos de hablarnos por un mal comentario en la red
virtual del “conocimiento”.
Quizás en tanto, el pastel se horneaba, se sazonaba con algunos
ingredientes de represión, feminicidios,
corrupción e impunidad para algunos de sus allegados… todo para ir templando el
carácter del candidato y sopesar los
alcances de la indignación ciudadana… finalmente la Telecracia, estaba completamente
de su lado.
Llego a casa… la sensación de
vacío en las calles de mi colonia, sinónimo del hueco en el pulso de mi corazón
que despierta de un instante de sueño en que veía un panorama mucho más
alentador, no solo para quien esto escribe… sí no para todos quienes arriesgamos
por un cambio… un verdadero cambio en las estructuras de gobierno, un cambio
que ahora se antoja lejano y que lejos está de la mano de quienes comprometemos
las letras, el arte, la palabra y la acción.
Inserto desalentado la llave en
la cerradura y escucho el pasador de la
puerta descorrerse para franquearme el paso… me pregunto qué sentirá nuestro
candidato al llevar sobre la espalda, la frustración inmediata de millones de
mexicanos, el peso de esta dolorosa
derrota, injusta, mediática y paralizante;
Imagino, no un dialogo, sí no un silencio, donde la palabra por más
benévola u optimista que sea, no tiene
sentido ante la necedad impuesta desde la conjunción de intereses de los
poderes facticos y económicos, la locura ridícula y senil de un ex presidente que traicionó a
quienes lo llevaron alguna vez a ocupar la mansión de “Los Pinos”, la amalgama
tricolor que se incrusta en una buena parte del territorio Nacional.
Después de unos breves minutos,
el ordenador despierta de su hibernación en domingo… en la pantalla las cifras
son cada vez más desalentadoras… más de 100 notificaciones de actividad… ¡no
tengo ganas de ver siquiera alguna! Mi cama aguarda tendida mientras apuro el
penúltimo sorbo de café, fumo un
cigarrillo con la luz apagada, el tenue resplandor de algunos rayitos de sol se
cuelan por la ventana… tal vez sea tiempo de hacer que esta sensación no se
trasmine debilitando nuestras estructuras, ¡No queda mucho tiempo!
En rápida sucesión ocurren ante
mis ojos, imágenes del entusiasmo juvenil y carácter de los #132, los gritos de
angustia de algunos militantes de “Morena” siendo atacados por golpeadores
priistas, imágenes de la entrega de sobres a funcionarios de casillas, por
personas con logotipos del PRI, apenas hoy/ayer por la tarde, recuerdo la mirada burlona y retadora de uno
a quien puede tomarle la foto de frente…recuerdo mi pulgar manchado y las filas
para el café gratis en los oxxos, recuerdo la templanza de Andrés Manuel López
Obrador, al momento de pronunciar el mensaje qué todos esperábamos y que a más
de uno sorprendió porque tal vez desean una incitación a las armas… ¡Para la
violencia siempre hay pretextos, no así para la Paz,! Por esa razón, celebro la
vocación pacifista de quien abandera la lucha social de la dividida izquierda Mexicana y quizá también por esa pinche razón…hoy el sistema nos cobre la
factura.
Soy o pretendo ser un artista
social, no de entretenimiento, La LEALTAD, a un principio, convicción o
ideología política y libre pensamiento, tiene sin duda un riesgo, un costo político
social y en mi caso artístico… ¡Sin embargo pese a todo, asumo la responsabilidad
y la consecuencia!
Dormiré un par de horas… más
tarde habré de seguir en la batalla diaria del sobrevivir con apenas lo
necesario para mantener el rol familiar… sé que algún día cuando mi hijo
cuestione el porqué de las cosas, podré mirarlo a los ojos y decirle…
Tal vez he luchado, he ganado, he fracasado, he tenido que sonreír sin
querer ante la hipocresía y la banalidad… pero sabes, nunca he traicionado a
nadie ni al principio rector que me permite vivir, Ser uno mismo, con su poca o mucha capacidad creativa y poder
brindarla sin menoscabo a los demás.
Antonio Trejo
Dramaturgo y Periodista
Cultural Independiente
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